De la publicidad y sus descaches

Dedico 10 horas diarias de mi tiempo a la publicidad. 10 horas de trabajo que no incluyen las que paso visitando portales de publicidad, leyendo blogs de publicidad, viendo comerciales en televisión y en Internet, oyendo cuñas de radio, analizando avisos en revistas y periódicos, siempre desde una óptica de publicista, lo que facilita criticar una pieza, encontrar similitudes entre campañas ("fusiles" como se les conoce en este mundillo), rajar de clientes y cuestionarse si el consumidor es lo suficientemente hábil para entender un concepto que costó muchas desveladas para ver la luz.

Muy pocas veces, y valga la redundancia, consumo publicidad como consumidor o al menos eso creía mi consciente. Hasta que recibí un correo directo del Banco de Bogotá con motivo de mi cumpleaños. Era un folleto con millones bolitas de colores estampados y un copy que decía: "Si está viendo puntos de colores, es porque está viendo las cosas de otra manera" y al abrirlo, oh sorpresa, millones de confetis saltaron encima mío, del computador y del tapete.

Esto, como consumidor, me hizo sentir agredido. Que esa chanza la haga el amigo pesado que solía tirar huevos cada vez que alguien del salón cumplía años, vaya y venga; que el remitente fuera 2000 bromas, pasa; pero que el autor de esta pesadez sea el banco donde uno deja media quincena pagando la tarjeta de crédito y ahorra lo que queda, tiene huevo.

Es claro (y esto lo digo como publicista) que las personas sienten que su banco es un lugar frío donde nadie se preocupa por ellos y que quisieran que éste fuera más cercano y amable. Pero esta amabilidad no se consigue haciéndole a los clientes bromas dignas de También Caerás. Y es que este chistecito, al que sólo le faltó un cajero detrás de mi grabando la escena para montarla en youtube, fue la gota que rebozó mi copa con el Banco de Bogotá:
- Es el colmo que cobren la consulta en Internet
- Es el colmo que cobren el uso del cajero
- Es el colmo que, además de cobrar el cajero, cobren cuota de manejo de la tarjeta
- Es el colmo que cuando voy a consignar en mi cuenta de ahorros o a pagar la cuenta de mi tarjeta de crédito clásica, me toque hacer la misma fila que hacen los mensajeros que van a pagar las EPS de sus empresas, pues para hacer la fila de cliente preferencial es necesario tener cuenta corriente o tarjeta de crédito de gold para arriba.

No sé qué pretende el Banco de Bogotá con su estrategia de CRM (parte de la publicidad dedicada a la fidelización de clientes) pero dos cosas me quedan claras: la primera como consumidor: no quiero volver a recibir correos directos o regalos del banco; la segunda como publicista: dudo que con esta pieza cumplan con los objetivos de mercadeo y/o comunicación.

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A PROPÓSITO...

...Las ojeras del Ministro de Defensa son:
a. Maquillaje
b. De tanto trabajar, trabajar y trabajar
c. Consecuencia de un coñazo que le metió alguno de sus enemigos políticos